El hombre de los círculos azules (Fred Vargas) . Así empieza... Mathilde sacó su agenda y escribió: “El tipo que está sentado a mi izquierda empieza a tocarme las narices”. Bebió un sorbo de cerveza y volvió a echar una ojeada a su vecino, un tipo enorme que daba golpecitos con los dedos en la mesa desde hacía diez minutos. Añadió en la agenda: “Está sentado demasiado cerca de mí, como si nos conociéramos, aunque jamás le había visto. Estoy segura de que no le había visto jamás. No se puede contar nada más de este tipo que lleva gafas negras. Estoy en la terraza del Café Saint-Jacques y he pedido una caña. La bebo. Me concentro en la cerveza. No tengo nada mejor que hacer”. |
Rompiendo normas: Innovación literaria
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Cuando se domina una profesión, se puede realizar el capricho que uno
imagine. En el caso de la arquitectura resulta muy evidente. En literatura
suced...
Hace 6 días
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