Recuérdalo tú y recuérdalo a otros, cuando asqueados de la bajeza humana, cuando iracundos de la dureza humana: Este hombre solo, este acto solo, esta fe sola. Recuérdalo tú y recuérdalo a otros En 1961 y en ciudad extraña, Más de un cuarto de siglo después. Trivial la circunstancia, forzado tú a pública lectura, por ella con aquel hombre conversaste: Un antiguo soldado en la Brigada Lincol Veinticinco años hace, este hombre, sin conocer tu tierra, para él lejana y extraña toda, escogió ir a ella y en ella, si la ocasión llegaba, decidió apostar su vida, juzgando que la causa allá puesta al tablero entonces, digna era de luchar por la fe que su vida llenaba Que aquella causa aparezca perdida, nada importa; Que tantos otros, pretendiendo fe en ella sólo atendieran a ellos mismos, importa menos. Lo que importa y nos basta es la fe de uno Por eso otra vez hoy la causa te aparece como en aquellos días: noble y tan digna de luchar por ella. Y su fe, la fe aquella, él la ha mantenido a través de los años, la derrota, cuando todo parece traicionarla. Mas esa fe, te dices, es lo que sólo importa Gracias, compañero, gracias por el ejemplo. Gracias por que me dices que el hombre es noble. Nada importa que tan pocos lo sean: Uno, uno tan sólo basta como testigo irrefutable de toda nobleza humana LUIS CERNUDA |
Rompiendo normas: Innovación literaria
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Cuando se domina una profesión, se puede realizar el capricho que uno
imagine. En el caso de la arquitectura resulta muy evidente. En literatura
suced...
Hace 4 días