domingo, 6 de enero de 2008

lecturas 2007 - XXIII-XXIV (fin)

Píldoras azules (Frederik Peeters)
Frederik conoce a Cati. Es seropositiva como su hijo de tres años. Ambos deben someterse a una terapia triple. Se inicia para el joven una relación tamizada por la ansiedad y las preguntas pero iluminada por la “admiración amorosa” que siente hacia la joven, por su coraje y por su deseo de vivir... Este libro en blanco y negro sobre el amor en tiempos de sida, excepcional por su tono desprovisto del menor atisbo de autocompasión, es también un conmovedor testimonio sobre el poder de los sentimientos y sobre la búsqueda de la felicidad contra viento y marea.
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Una oda al amor....


Gorazde : Zona protegida (Joe Sacco)

Mientras los medios de comunicación se centraban en el sufrimiento de Sarajevo durante la guerra de Bosnia de 1992-1995, las salvajadas y catástrofes que sufrió la población musulmana en la parte Este del país, fácilmente accesible, pasaron bastante desapercibidas. Pero fue en las ciudades y pueblos de Bosnia oriental donde las fuerzas serbias de Bosnia eliminaron musulmanes con una ferocidad más grande y sorprendente. Cuando las Naciones Unidas decidieron por fin actuar, crearon supuestas Zonas Protegidas en los territorios a los cuales aún se aferraban los musulmanes. Rodeadas y acosada por los serbo-bosnios, las Zonas Protegidas se convirtieron en los lugares más peligrosos de Bosnia, y fue en una Zona Protegida (mientras la comunidad internacional prevaricaba y le daba la espalda) que la limpieza étnica alcanzó su cenit de muerte.
Ésta es la historia de una de dichas Zonas Protegidas: Gorazde, la única ciudad y enclave que sobrevivió a la guerra contra los musulmanes en Bosnia oriental.
Visité Gorazde cuatro veces a finales de 1995 y principios de 1996, y permanecí allí el equivalente a unas cuatro semanas. Cuando llegué allí, la población de Gorazde ya había sufrido tres años y medio de guerra. Los habían bombardeado violentamente. Casi habían muerto de hambre. Habían peleado casa contra casa para defender a sus familias. Habitaban en viviendas quemadas y desmoronadas, la mayoría de las cuales no tenía ni electricidad ni agua corriente. Seguían aislados de los territorios amistosos. Y no estaban seguros de si los venderían en un acuerdo de paz. Pero comenzaban a comprender, poco a poco, que habían sobrevivido a la guerra y que, seguramente, pronto podrían unirse al lejano y vano mundo de sus recuerdos, el mundo que existía antes de los eslóganes nacionalistas, el hambre, las bombas y las matanzas. Gorazde: Zona protegida es tanto la historia de la práctica muerte de una ciudad como la historia de los primeros nuevos pasos de una ciudad hacia la vida
Joe Sacco, abril de 2000
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Más duro que Palestina, ayuda a NO comprender las barbaries cometidas en cualquier guerra

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